Crecimiento económico con cepo cambiario: la posible nueva estrategia del Gobierno nacional
El presidente Javier Milei sorprendió durante su presentación en el Council of the Americas al afirmar que «no es cierto que no se puede crecer con cepo». Esta declaración, inesperada dado su histórico rechazo a los controles cambiarios, fue respaldada por el argumento de que «en los últimos meses los salarios le ganaron a la inflación». Lo que ha impulsado un repunte en la actividad económica. Sin embargo, Milei matizó su postura al reconocer que no considera este repunte como un «crecimiento verdadero».
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, reafirmó esta visión al día siguiente en la Bolsa de Comercio de Córdoba. Señalando que «no están dadas las condiciones todavía» para levantar el cepo cambiario. Caputo explicó que «del cepo vamos a salir cuando no tengamos ningún sobresalto, somos un país muy sensible a los vaivenes cambiarios».
La posibilidad de una unificación cambiaria
Muchos economistas anticipaban que la liberación de los controles y la unificación del tipo de cambio podría ocurrir en el cuarto trimestre de este año. Sin embargo, algunos analistas ahora creen que esta medida podría postergarse hasta 2025. La unificación del tipo de cambio, en teoría, implicaría un sinceramiento del dólar oficial. Por ejemplo, acercándolo a los valores del mercado financiero, lo que hoy supondría un incremento de al menos 30%. Este ajuste podría desencadenar un nuevo repunte inflacionario, algo que el gobierno de Milei busca evitar en su objetivo de reducir la inflación.
La disyuntiva del Gobierno
Frente a la opción de continuar con la desinflación o eliminar el cepo cambiario asumiendo un posible repunte de precios, todo indica que el Gobierno se inclina por la primera alternativa. La escasez de dólares es el principal motivo para extender la permanencia del cepo, una situación que mantiene al Banco Central en una posición vulnerable.
Un informe de la consultora Equilibra estima que las reservas netas podrían cerrar el año con un déficit cercano a los USD 10.000 millones. Mientras que las reservas líquidas podrían caer por debajo de los USD 7.000 millones. Estas cifras son coherentes con otras proyecciones, como las de la consultora Eco Go.
El desafío de acumular reservas
El panorama posterior a fin de año se presenta complicado, con la necesidad de enfrentar amortizaciones de bonos en dólares por USD 2.900 millones en enero y otros USD 4.500 millones en julio. Además, la reciente caída del precio de la soja por debajo de los USD 350 la tonelada compromete el ingreso de divisas por exportaciones previsto para el próximo año.
En este contexto, el riesgo-país ha mostrado una leve recuperación, cayendo por debajo de los 1.500 puntos básicos. Sin embargo, el Gobierno necesita que este índice baje de los 1.000 puntos para soñar con un retorno a los mercados internacionales. Lo que permitiría refinanciar la deuda a tasas más razonables y aliviar la presión sobre las reservas.
Hasta cuándo el cepo cambiario
El plan del Gobierno se enfoca en mantener el superávit fiscal en el Presupuesto 2025 como una señal para atraer inversores, sin la necesidad de levantar el cepo. No obstante, la incertidumbre sobre el futuro económico podría prolongar la permanencia de los controles cambiarios, al menos hasta después de las elecciones legislativas.
El economista y diputado del PRO, Luciano Laspina, se expresó al respecto. «Me parece que el cepo cambiario va a durar mucho más tiempo de lo que piensa el mercado». Esta afirmación refuerza la idea de que la apertura del cepo podría ser un tema para 2025.
Recuperar la economía sin emisión monetaria
Mientras tanto, el desafío es impulsar la recuperación económica sin recurrir a la emisión monetaria, manteniendo el ajuste fiscal y apostando por la inversión. Aunque los ingresos han mostrado una recuperación reciente, el camino es largo. La inflación acumulada en los últimos doce meses ha sido del 263%, mientras que los salarios han aumentado un 216%.
El equipo económico del Gobierno está afinando los detalles para la reducción del impuesto PAIS, de 17,5% a 7,5%, que podría implementarse en septiembre. Sin embargo, aún no está claro si el paquete fiscal será suficiente para compensar la pérdida de recaudación que esto implicaría.