La devaluación del peso y la suba del dólar libre tiraron por la borda el rendimiento de los plazos fijos en los últimos cuatro meses. Los ahorristas no perdieron sus fondos, pero sí volvieron a donde empezaron y quedaron sin rentabilidad real. Si el mismo ahorrista hubiera utilizado ese dinero para comprar dólares el segundo día de agosto, en 15 días habría logrado un rendimiento del 39%.

Para llegar a esa conclusión, se deben repasar los números que dejaron ambas variables en el período mencionado. Una persona que depositó $100.000 en un plazo fijo el primer día de abril, llegó a mayo con un fondo total de $106.500. Reinvirtiendo el capital inicial más la rentabilidad obtenida en ese primer mes, el mismo ahorrista llegó a tener $114.576 en junio (tasa de 91%). Luego, $123.838 en julio y $133.848 en los primeros días de agosto.

Con el dólar libre la situación fue muy diferente. Luego de las PASO presidenciales, la cotización libre se disparó y se afianzó en nuevos valores (por arriba de $700), acompañado por la suba del tipo de cambio oficial. Eso condujo a que en apenas 15 días, del 2 al 16 de agosto, el precio en el mercado paralelo aumentara de $560 al pico de $780 en la jornada del miércoles. Lo que significó un incremento de 39,2% en solo dos semanas.

En resumen, si el mismo ahorrista hubiera utilizado sus $100.000 para comprar dólares el segundo día de agosto, en solo 15 días habría logrado un rendimiento nominal de más de 39% (37,5% si se tiene en cuenta el valor de compra -$770-). De esta manera, superando por más de 5% todo el rendimiento en pesos que obtuvo acudiendo al plazo fijo en abril, mayo, junio y julio.