El inicio de agosto traerá consigo nuevas subas en los precios de los combustibles, consolidando una tendencia que se prevé continuará hasta fin de año. Se espera un incremento que podría alcanzar el 10%, generando preocupación, debido a un ritmo de ventas que no deja de desacelerarse. Las empresas del sector ajustarán los precios tras el fin de la prórroga fijada a principios de julio para la actualización de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Según los referentes del expendio, podría profundizar aún más la caída en la comercialización.

En los últimos siete meses, la venta de naftas ha registrado una baja continua, con una disminución especialmente notable en los productos premium. Solo en el último mes medido, las ventas cayeron un 12%, superando el 8% registrado en mayo. Los distritos fronterizos, que solían atraer a automovilistas extranjeros, han sido los más afectados por esta caída debido a los incrementos constantes.

Formosa encabeza la lista de provincias con mayor reducción en ventas, registrando una baja del 34,1%, seguida por Misiones con un 26,9%, Corrientes con un 23% y Entre Ríos con un 16,6%. El informe y monitoreo de Surtidores destaca que, por producto, la nafta premium tuvo un descenso interanual del 20,61%, la nafta súper un 6,27%, el diésel de máxima calidad un 9,03% y el gasoil Grado 2 un 16,72%.

Estos datos reflejan una tendencia para el sector de combustibles. El cual debe enfrentar tanto la caída en ventas como el desafío de ajustar los precios sin desalentar aún más el consumo. Con el nuevo aumento previsto para agosto, el panorama para las estaciones de servicio y los consumidores de combustibles se vislumbra cada vez más complicado en Argentina.