El país atraviesa lo que el propio presidente Javier Milei ha definido como «el ajuste más grande de la historia». En sus primeros tres meses de gobierno redujo el gasto público en 13 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), achicando así de un saque el enorme déficit fiscal que arrastraba Argentina. Uno de los efectos en el corto plazo es la gran recesión en el consumo. El fenómeno mostró una gran caída en el área de los alimentos más destacados de la Argentina: la carne, la leche y la yerba mate. Los productos emblemáticos del consumo argentino son la señal más clara de la caída general en la venta de alimentos.

Según el gobierno, «no existe antecedente mundial» de un ajuste de esta magnitud en tan poco tiempo y la medida ha servido para reducir el déficit fiscal y la inflación, que roza el 290% anual. En marzo, el INDEC mostró una caída importante de la inflación y los pronósticos económicos parecen indicar que se asentará aún más en abril, con un índice cercano al 9%. No obstante, la contracara es una fuerte recesión, agravada por la devaluación monetaria, una drástica reducción de la tasa de interés y la licuación de los salarios. En ese sentido, el El Fondo Monetario Internacional (FMI), pronostica que la economía argentina se contraerá un 2,8% este año para luego crecer 5% el año que viene. 

Leche

La leche, registra una caída de venta del 18,7% en el primer trimestre. El precio de la leche escaló un 123% entre diciembre y marzo, según el INDEC. Los relevamientos indican que muchos argentinos dejaron de consumir quesos, yogures y manteca. Esto coincide con el informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), basado en datos del Panel de industrias lácteas. No obstante, la leche en polvo se transformó en el principal producto de exportación de la industria láctea. La cotización internacional supera los US$3.200 por tonelada. El precio de referencia que reciben los ganaderos por la leche a nivel nacional aumentó más del 300%, por encima de la inflación. Las exportaciones de lácteos aumentaron un 6,4% interanual en volumen.  Sin embargo, una encuesta realizada por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) muestra optimismo sobre el futuro del negocio. En ese sentido, el 73% cree que habrá mejores resultados económicos el año que viene.

Carne

La carne lleva una caída trimestral de ventas del 17,6% y muestra un gran cambio en el consumo argentino. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo per cápita de carne vacuna pasó de 50,5 kilogramos en marzo de 2023 a 42,6 kg este marzo, una contracción del 18,5%. Según la Ciccra, se trata del “registro más bajo de las últimas tres décadas”. A pesar de esto, el consumo interno también se vio compensado por un fuerte aumento de las exportaciones, que representan cerca del 30% de la producción total. Según Ciccra, en los primeros tres meses del año se exportó 22,9% más interanual. Además, desde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina señalan que el 80% de esa carne fue comprada por China.

Yerba Mate

Por último, la yerba mate registra una caída de 9,2% en el primer trimestre. El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) señala que hubo una reducción del 30% en el mercado interno con respecto al año anterior. La mayoría de los referentes del sector lo atribuyen a la pérdida de poder adquisitivo de las familias de menores recursos. Desde el INYM destacan que otro factor que influye es un stock excedente de yerba a finales de 2023 ante la posibilidad de que el dólar aumentara y que el producto se encarezca. La exportación, que representa el 10% de la producción, aumentó un 23% durante el primer trimestre de este año. A comienzos de abril, el gobierno desreguló el mercado de la yerba y eliminó la potestad del INYM para fijar precios de referencia, con la intención de fomentar la competencia y que así bajen los precios internos. No obstante, algunos cuestionan que esta medida hará que que las grandes empresas controlen el precio al consumidor