La dinámica de precios entre Argentina y Brasil se encuentra en un momento particular debido a los movimientos cambiarios y las fluctuaciones inflacionarias en ambos países. La apreciación del peso argentino frente a la devaluación del real brasileño ha generado una interesante relación de precios que beneficia a algunos consumidores en ambos lados de la frontera.

En Brasil, el dólar alcanzó un récord de 6,26 reales, marcando una depreciación histórica que encarece las importaciones pero abarata sus productos en términos relativos frente a los de Argentina. Mientras tanto, en el mercado argentino, la estrategia de devaluación gradual conocida como «crawling peg» y la alta inflación local han elevado los precios en dólares, afectando la competitividad de las exportaciones.

Según un relevamiento de Coninagro, de 18 alimentos básicos analizados, 10 son más económicos en Argentina, mientras que los otros 8 resultan más baratos en Brasil. Esto ha llevado a muchos argentinos a cruzar la frontera para realizar compras de alimentos o disfrutar de vacaciones, aprovechando las diferencias de precios.

Productos más económicos en Brasil

Entre los productos que resultan más baratos en el país vecino destacan:

  • Arroz: 59% menos costoso en Brasil.
  • Yerba mate: un 70% más económica.
  • Poroto negro seco: su precio es 144% inferior al de Argentina.
  • Aceite de oliva: un 33% menos.
  • Leche: 25% más barata.
  • Costeleta de cerdo: un 34% menos.

Ventajas argentinas en otros alimentos

Por otro lado, ciertos productos en Argentina mantienen precios competitivos:

  • Naranja: cuesta un 70% menos que en Brasil.
  • Manzana: 51% más barata.
  • Vino tinto: con un precio 50% inferior.
  • Aceite de girasol: 47% más económico.
  • Papa: 11% más barata.

Factores tributarios y competitividad

Las diferencias tributarias también influyen. En Brasil, el ICMS (Imposto sobre Circulação de Mercadorias e Serviços), que grava los alimentos con una tasa promedio del 12%, se encuentra levemente por encima de la carga tributaria argentina en algunos productos básicos, aunque se ha aprobado una reforma fiscal que podría aumentar este porcentaje en el futuro.

En Argentina, el IVA para alimentos básicos es del 10,5%, pero con la adición de otros impuestos como el 1,2% en Débitos y Créditos y un 4% de Ingresos Brutos, la carga impositiva se torna significativa.

A pesar de la volatilidad en ambos mercados, desde Coninagro destacaron que la inflación en alimentos en Argentina mostró una desaceleración en noviembre, alcanzando solo un 0,9%. Esto, junto con una leve recuperación del consumo en algunos sectores, ha contribuido a contener precios en ciertos rubros. Sin embargo, el encarecimiento en dólares sigue siendo un desafío para la competitividad de los exportadores argentinos.

El intercambio comercial y las compras transfronterizas seguirán marcando la dinámica entre ambos países, mientras consumidores y productores ajustan sus estrategias para adaptarse a este contexto económico en constante cambio.