Esta conmemoración se debe a que en 1928 un grupo de taxistas implementó una nueva manera de transportar pasajeros en la Ciudad de Buenos Aires. Aunque parezca mentira, el día del colectivero se recuerda gracias a los taxistas, quienes en 1928 crearon una nueva forma de trasladar pasajeros. Debido a la crisis económica, decidieron acordar trasladar más de una persona y fraccionar las tarifas.

En aquel entonces los ómnibus y los tranvías eran mucho más accesibles que un taxi, por eso mismo estos últimos tuvieron que rebuscárselas. Al inicio el límite por cada vehículo era de cinco pasajeros. No obstante, el cuadro legal no estaba muy claro.

La sociedad comenzó a aceptar esta nueva forma de trasladarse que cambió la época y, desde ahí, varios empezaron a sumar cada vez más pasajeros. Así fue como en 1932 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires habilitó decenas de líneas, precisó las medidas que debían tener los coches y la capacidad, que en ese entonces fue de diez asientos.

Con el paso del tiempo, y dado su éxito, la fisonomía de los colectivos fue cambiando. En Argentina hoy es el medio publico de traslado con mayor consumo. La mayoría de las unidades se encuentran adaptadas para distintas discapacidades.