Pese a las disculpas públicas y a los resarcimientos económicos que se hicieron en pos de dar por finalizada la causa, las autoridades calificaron de “falta de decoro” las actitudes de Pedro Roldán Vázquez y de Alfredo Iramain (h). Les iniciaron un sumario administrativo.

Tanto el Tribunal de Cuentas como la Corte Suprema de Justicia de Tucumán impusieron a los funcionarios a su servicio una suspensión de un mes. Esto será sin goce de sueldo luego de acreditar la transgresión a las restricciones impuestas por el presidente Alberto Fernández con motivo de la pandemia.

Las autoridades calificaron de «falta de decoro a los funcionarios arrestados durante la madrugada del 25 de abril pasado por participar en una reunión social que la Policía denominó «fiesta clandestina». Y que aquellos definieron como una mera cena de amigos.

Marcelo Vidal y Sergio Díaz Ricci, vocales del Tribunal de Cuentas, aplicaron la sanción a Iramain, delegado fiscal en el Ministerio de Seguridad. El sumario determinó que Iramain concurrió a una reunión en un horario no permitido. Además, que incumplió la normativa en vigor en ese momento para evitar la propagación de la pandemia.

«Debía observar una conducta decorosa y digna en el servicio y fuera de él, según el artículo 37, inciso ‘d’, del Estatuto del Personal del Tribunal de Cuentas, pero esto no ocurrió en la conducta descrita y reconocida por el agente», citaron Vidal y Díaz Ricci.

La Corte objetó a Roldán Vázquez, el haber faltado al deber de ejemplaridad que le corresponde observar como consecuencia de la función pública que ejerce. Esto lo obligaba a ajustar su accionar al decreto del presidente Fernández. «Corresponde analizar el significado que tiene la palabra ‘decoro’ para la función judicial que desempeña Roldán Vázquez.

Al respecto, Eduardo Couture enseña que el decoro es un concepto de excepcional amplitud. Abarca no sólo el honor, sino también el respeto, la reverencia, el recato y la estimación (…). Abarca tanto el prestigio social representado por la dignidad del comportamiento, como el respeto que una persona debe a los dictados de su propia conciencia», reflexionaron Sbdar, Estofán, Posse, Leiva y Rodríguez Campos.