Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) sostiene que el Gobierno de Javier Milei deberá realizar un importante recorte del gasto primario para alcanzar el superávit. En dinero de hoy serían $11,75 billones que representan en términos reales una baja del 25% respecto de este año.

El reporte del IARAF toma en cuenta proyecciones de gastos de noviembre y diciembre de 2023 en base al resultado del Sector Público Nacional de octubre, y la merma de recursos que ocasionará la reducción de recursos del Impuesto a las Ganancias y la devolución del IVA para el 2024. Estima que el déficit primario cerrará este año en 2,8% del PBI y que el financiero en 4,9%.

De allí, se calcula la magnitud del achique para equilibrar el presupuesto. Al evaluar el gasto primario nacional en términos del tamaño de la economía, el año 2023 se ubica 2,7 puntos porcentuales del PIB por debajo del año 2017. En el recorrido desde el año 2020 de pandemia, la reducción es de 4 puntos porcentuales del PIB.

Por caso, detalla que las transferencias no automáticas totales a provincias, que estarían en la mira de Milei, suman $2,7 billones, lo que representa el 23% del ajuste necesario e implica una reducción del gasto real del 5,7%. Si se incorpora una eliminación de la inversión total directa, el ajuste estaría cubriendo un 48,3% y el gasto primario real tendría una reducción del 12%. Al incorporar una eliminación del gasto en subsidios energéticos, el ajuste estaría cubriendo un 82,5% de los recursos necesarios y el gasto primario real descendería un 20,5%.

A eso podría sumarse el déficit de las empresas públicas, una erogación que Milei también propone sacar. «La eliminación de estos cuatro gastos no alcanza para completar la baja necesaria para lograr el equilibrio fiscal», advierte.

El restante 17,5% debería salir de otros gastos (que incluye las transferencias a empresas públicas). En términos de PBI, la eliminación de esos cuatro rubros, señala el IARAF, equivale a 15,9%. Los intereses representan 0,9% del PBI. A eso, advierte que hay que sumar la deuda flotante de 2023, que debería quedar saldada, mientras que en 2024 tendría que reducirse a la mínima expresión.