El Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió apartar de las negociaciones con Argentina a Rodrigo Valdés. Este se desempeñaba como director del Departamento del Hemisferio Occidental, y el presidente Javier Milei lo criticó públicamente. Según fuentes oficiales, Valdés fue acusado de tener una «mala intención» hacia el país. La portavoz del FMI, Julie Kozack, anunció que las conversaciones serán lideradas por Luis Cubbedu, director adjunto del departamento, y Ashvin Ahuja, jefe de la misión para Argentina.

Milei había señalado que Valdés mostraba una postura desfavorable hacia su gobierno y lo acusó de complicidad con el anterior ministro de Economía, Sergio Massa. Estas declaraciones aumentaron la tensión en las discusiones con el FMI, aunque el jefe de Estado aclaró que sus críticas no afectarían la relación con el organismo internacional. Enfatizando que su responsabilidad es con el pueblo argentino, no con el FMI.

A pesar de que Argentina ha cumplido con las metas establecidas, persisten las fricciones en las negociaciones. Desde el gobierno se cuestiona la actitud del FMI, que parece aplicar una vara diferente en comparación con la administración anterior del Frente de Todos. Las discusiones sobre los próximos desembolsos y las condiciones que impondrá el FMI, como la eliminación de controles de cambio, generan incertidumbre en los mercados.

El futuro de la relación entre Argentina y el FMI dependerá de las próximas revisiones del programa. Así como también de la disposición del gobierno argentino para implementar reformas económicas más profundas. Los analistas del mercado advierten que el Fondo podría endurecer sus exigencias en los meses siguientes, con el objetivo de justificar nuevas inyecciones de capital en el país.