En la mañana de hoy, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la Argentina terminó el 2022 con un crecimiento económico de 4,6%. La cifra supera la estimada hace tres meses, pero proyectó una desaceleración hasta del 2% PBI. Escenarios que atribuyó, en parte, a las medidas de endurecimiento fiscal y monetario, para intentar bajar la inflación. También destacaron que el país haya alcanzado las metas impuestas el año pasado.

El análisis señaló, que las economías regionales se mantuvieron relativamente el año pasado, con un rebote tras la pandemia. Y, a pesar del impacto de la invasión rusa de Ucrania, y las alzas de las tasas de interés globales no se modificaron sustancialmente. Así, América latina creció un 4% en 2022, mientras que la Argentina tuvo una expansión del 4,6%.

El informe señala que la inflación está retrocediendo en muchos países por los esfuerzos “tempranos y decididos” de los bancos centrales. Y también por la baja de los precios de los alimentos y la energía. Sin embargo, el Fondo alerta que la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía) “sigue siendo alta”, en países como Brasil, México, Chile, Colombia y Perú (alrededor del 8%).

Para la Argentina, el FMI proyecta un crecimiento de 2% este año, una baja sensible del 4,6% de año pasado. Para 2024 prevén que se mantendrá en 2%. Y, en el apartado de inflación, estiman que alcanzará un 60%, en línea con el Presupuesto 2023. Una cifra que muchos economistas argentinos creen que será sobrepasada. De hecho, en el último relevamiento de expectativas que hizo el Banco Central, en diciembre, las consultoras hablaron de un 98,4% para este año.