El Gobierno comienza a delinear los próximos pasos de su política económica, bajo el mandato libertario, con el objetivo de implementar un nuevo esquema monetario avalado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocido como «competencia de monedas». Aún persisten interrogantes sobre cómo se llevará a cabo esta transición y su relación con el desmantelamiento del cepo cambiario.

El ministro de Economía, Luis Caputo, brindó algunas pistas sobre el estado actual de esta estrategia durante su intervención en el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Caputo detalló que para avanzar en este proceso, es necesario cumplir con cuatro requisitos clave. «El ancla fiscal, normalizar flujo, normalizar stock y tener una relación razonable entre reservas y pasivos remunerados».

«No se puede pasar de populismo a liberalismo de manera directa; es una cirugía mayor. Si hubiéramos eliminado el cepo, habría sido una calamidad. Hoy no es apropiado. Hemos avanzado en el equilibrio fiscal y la normalización de flujos y stock hasta un 70% o 75%», explicó Caputo. Sin embargo, reconoció que el desafío más significativo es mejorar la relación entre reservas y pasivos remunerados.

Incertidumbres en la hoja de ruta

Sebastián Menescaldi, economista de Eco Go, coincidió en que los cuatro puntos mencionados por Caputo son correctos. Sin embargo, expresó dudas sobre la hoja de ruta y la viabilidad de tomar atajos. «La semana pasada comenzaron a canjear pases pasivos por Lecap, buscando que los bancos participen en esta iniciativa para reducir el interés endógeno. No veo mucho sentido en acelerar este proceso», comentó.

Menescaldi sugirió que una mejor manera de reducir los pases remunerados sería a través del aumento del crédito y la demanda de actividad económica. Un proceso que no ocurrirá a corto plazo y que primero requiere restaurar las reservas. «Si el plan se basa en incrementar significativamente la deuda de corto plazo del Tesoro, se corre el riesgo de aumentar la tasa de interés y empeorar la sustentabilidad de la deuda», concluyó.