La actividad manufacturera de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en Argentina registró una caída significativa del 6,5% interanual durante el mes de octubre, de acuerdo con el Índice de Producción Industrial PyME (Ipip) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este descenso se observa en una muestra representativa de 420 industrias PyME a nivel federal, reflejando un panorama desafiante para el sector en el contexto económico actual.

El análisis del Ipip revela que, comparando octubre de 2023 con el mismo mes del año anterior, la actividad manufacturera de las PyMEs ha disminuido un 6,5%. Este descenso interanual es preocupante, especialmente en un momento en que la economía argentina enfrenta múltiples desafíos, incluyendo la inflación y la volatilidad cambiaria. Sin embargo, al desestacionalizar los datos y comparar el desempeño mensual, se observó un crecimiento del 4% en octubre, alcanzando el nivel más alto de producción de los últimos once meses. Este incremento mensual sugiere una posible recuperación temporal o adaptación de las PyMEs frente a las condiciones económicas fluctuantes.

A pesar de este crecimiento mensual, la industria manufacturera acumula una retracción total del 14,5% en los primeros diez meses del año comparado con el mismo período de 2023. Este acumulado refleja una tendencia a la baja sostenida que podría tener implicaciones a largo plazo para la sostenibilidad y el crecimiento de las PyMEs en el país.

Desempeño sectorial y uso de capacidad instalada

De los seis sectores manufacturados que forman parte del panel evaluado por el Ipip, solo dos mostraron mejoras en sus cifras interanuales. En contraste, cuatro sectores experimentaron descensos, siendo los más afectados “Papel e Impresiones” con una caída del 20,6% y “Alimentos y Bebidas” con una reducción del 13,1%. Estos sectores, fundamentales para la economía argentina, enfrentan desafíos particulares que han contribuido a su disminución en la actividad productiva.

Por otro lado, se observó un aumento en el uso de la capacidad instalada de las PyMEs, que pasó del 60,6% en septiembre al 62,3% en octubre. Este incremento indica que, a pesar de la disminución en la actividad manufacturera, las empresas están utilizando una mayor proporción de sus capacidades productivas disponibles, lo que podría ser una señal de optimización interna o de estrategias para enfrentar la disminución de la demanda.