Tras casi dos meses de finalizado el Mundial de fútbol femenino donde se consagró campeona España, y donde se produjo el polémico episodio del beso durante la entrega de premios del ahora ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, sobre la futbolista Jenni Hermoso, el programa «Código 10» de «Telecinco» reveló las declaraciones que la delantera madrileña realizó ante la Fiscalía. La jugadora del Pachuca mexicano relató, ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez, cómo vivió ella los hechos que le llevaron a presentar una querella contra el ex principal mandatario de la Federación y cómo le está afectando todo lo generado en torno a lo sucedido.

El momento de mayor tensión en la reunión fue cuando Hermoso, conmovida y entre lágrimas, habló sobre la presión social y el acoso que sufrió por parte de los medios a lo largo del último tiempo: «Lo que hemos tenido que vivir mi familia y yo durante estos días de no poder salir de casa y las cámaras todo el día intentando grabarme, persiguiéndome, sacándome fotos con mi madre, o ir por la calle pensando que alguien va a grabarme o me va a hacer algo…». «Creo que no me merezco haber vivido todo esto y de no haber podido disfrutar todo lo que he hecho», argumentó entre lágrimas. Luego, añadió: «Ni a mí ni a mis compañeras nos han dejado disfrutar de algo así (ganar un Mundial), solo se ha hablado de lo que ha pasado en ese momento. Para mí ha sido muy difícil. Me he tenido que ir de Madrid para no tener esa presión que estaba teniendo de gente que sólo quería hacerme daño».

Con respecto al episodio en cuestión, Hermoso explicó: «Estaba en shock. Un hecho histórico que nos ha costado la vida conseguirlo (ganar un Mundial). En ningún momento me podía esperar que pasara eso. Por la adrenalina lo abracé, era una persona de confianza y nadie se esperaría eso por muy espontáneo que fuera». Luego, detalló: «Cuando estábamos en la ceremonia de la entrega de medallas, me pone la medalla. Yo saludo a la reina, abrazo a su hija y ya el siguiente era Rubiales. Yo le abrazo y lo primero que le digo al abrazarlo es ‘la que hemos liado’ y pega un brinco sobre mí y me mantengo firme. A la que baja lo único que recuerdo es que me dijo ‘este Mundial lo hemos ganado gracias a tí’. Lo siguiente que recuerdo son sus manos sobre mi cabeza y el beso en la boca».

Además, Jenni reveló cómo fueron los hechos que nadie vio, adonde las cámaras no llegaron, al finalizar la premiación y los festejos en el campo de juego. «Estaba en el vestuario y me dijeron que necesitaba que saliera, que se estaba hablando mucho del beso. Yo les dije: ‘Sé cómo ha sido y no ha estado bien’». «En el autobús me enseñaron un escrito del que no dije ni una palabra. Me dijeron que lo tenían que poner porque se estaba liando mucho. ‘Tenemos que quitarle hierro al asunto’. Yo ahí dije, pero ¿por qué tengo que hacer esto? En ese texto ponía que ‘en el momento de la euforia, alegría, esto no tiene mayor consecuencia o algo así. Pero repito, no dije ni escribí ni una palabra de ese escrito», describió antes de afirmar: «Me sentí coaccionada». En el avión, Hermoso fue presionada por Rubiales y lo contó así: «Me llamó y me dice: ‘Se está liando por el beso. Me tienes que ayudar. Tenemos que grabar un vídeo ahora en Doha juntos porque me están llamando acosador, que te he agredido’. Y le dije: ‘Ya te lo he dicho que se iba a liar’. Y le dije que no. Me insistió con que lo hiciera por sus dos hijas, que estaban llorando en el avión. Y me dijo ahora mando a alguien que hable con tu hermano. Yo le dije que no, que hablara con mi agente». «No me sentí respetada ni como jugadora ni como persona», concluyó.