Este lunes 9 de mayo se cumplió una década desde que la Cámara Alta del Congreso de la Nación aprobó la Ley de Identidad de Género. Esta normativa establece, entre otras cosas, que toda persona debe recibir un trato digno, independientemente de cual fuese su identidad autopercibida.

En nuestro país, el proceso para que el proyecto se convirtiera en ley tuvo su inicio el 1 de diciembre de 2011, cuando fue tratado y aprobado en la Cámara de Diputados. En esa ocasión, recibió 167 votos favorables, 17 en contra y 7 abstenciones. Medio año después llegó al Senado, donde fue aprobada con 65 votos a favor y tan solo una abstención.

Finalmente, restaba todavía un último paso para que la normativa se materialice. Para ello, fue comunicada por el Poder Ejecutivo Nacional el 24 de mayo de aquel año. La ley lleva el número de 26.743 y garantiza a todas las personas una serie de derechos que se relacionan con la identidad de género.

En ese sentido, la ley responde, ante todo, a la lucha y el reclamo por parte de las personas trans y de quienes dan la dura batalla por la expansión de derechos. Significó la conquista de derechos por parte de la comunidad transgénero, entre los que se resalta la garantía de poder cambiar la documentación en función de la identidad autopercibida.