Hace apenas 6000 años, los humanos aprendimos la escritura, lo que nos catapultó cognitivamente a una nueva etapa en la evolución. Con el tiempo, el lenguaje se fue perfeccionando, enriqueciéndose en su sintaxis y vocabulario. Sin embargo, hoy estamos abandonando la escritura a mano por el uso del teclado, una tendencia que preocupa a los expertos.

Por qué escribir aumenta la memoria

Diversos estudios destacan los beneficios de escribir a mano. En los niños, escribir a mano mejora el reconocimiento y comprensión de las letras. Así como la memoria y el recuerdo de palabras, sentando las bases para la alfabetización y el aprendizaje. En los adultos, tomar notas a mano durante una clase o conferencia puede conducir a una mejor comprensión conceptual de la información. Los psicólogos explican que escribir en papel requiere un mayor esfuerzo mental, lo que facilita la retención de información y la adquisición de nuevos conceptos.

Además de mejorar la memoria, escribir en papel tiene otras ventajas psicológicas. Escribir los asuntos que nos preocupan para luego desechar el papel puede ayudar a aclarar las ideas. Practicar la escritura creativa en papel también puede mejorar los niveles de estrés.

Cuáles ejercicios escritos mejoran la memoria

  1. Hacer garabatos: según una investigación de la Universidad de Plymouth, escribir o garabatear durante una reunión puede ayudar a prestar atención y mejorar la capacidad de recordar.
  2. Hacer crucigramas o sudokus: estos juegos estimulan la memoria de trabajo al implicar la retención activa de información, la manipulación de datos y la resolución de problemas, según la neuropsicóloga María Luján Naury.
  3. Realizar una lista de tareas: apuntar las cosas por hacer en papel puede ser más eficaz para recordar que depender de aplicaciones en el smartphone.
  4. Escribir un diario: la escritura puede ayudar a sanar y fomentar emociones positivas. La doctora Lucía Crivelli, jefa de Neuropsicología de Fleni, destacó que escribir sobre experiencias dolorosas puede disminuir la intensidad de las emociones negativas y ayudar a procesar mejor los sentimientos.
  5. Crear reglas mnemotécnicas: armar frases o palabras simples que contengan las iniciales de la información que queremos recordar puede ser de gran ayuda.
  6. Asociar las palabras: relacionar información nueva con la ya almacenada en nuestra memoria puede aumentar las posibilidades de retención y posterior recuerdo.
  7. Leer un libro: aunque no es un ejercicio de escritura, la lectura prolongada también mejora la atención y la memoria, según la licenciada Martina Grané, neuropsicóloga de INECO.

Estos hábitos y ejercicios de escritura pueden ser herramientas efectivas para mejorar la memoria y la salud mental, destacando la importancia de no abandonar la escritura a mano en nuestra vida cotidiana.