Un informe económico proyecta una fuerte desaceleración del consumo. Los argentinos deberían esperar, para este año, un crecimiento del 1,7%. Lo que representaría una caída de casi 7 puntos porcentuales respecto al ritmo del 2022, que fue del 8,5%. El freno del consumo se enmarca en la disminución del crecimiento que tendría el Producto Bruto Interno (PBI).

El relevamiento realizado por la consultora ABECEB enumera tres motivos por los que el 2023 será un año de escaso crecimiento del consumo: la alta inflación; la suba de tarifas de servicios y de transportes, y la sobrefinanciación de las familias argentinas. La diferencia entre un año y otro ya se empezaría a notar. El año pasado estuvo impulsado por un primer semestre que desaceleró, mientras que este año ya arrastra poca inercia.

Sin embargo, los analistas económicos esperan que la inflación sea superior al 100%. La estimación del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central proyecta un IPC del 98,4% en 2023. Esto representa más de 30 puntos porcentuales, por encima del 60% previsto en la Ley de Presupuesto. A eso habrá que sumarle la fuerte suba de tarifas, el Gobierno proyecta aumentos de hasta un 54% para este año. Y los del transporte, que posiblemente incidirán en el poder de compra del salario real de los argentinos.

La extensión de los programas como Ahora 12, 18, o 30 genera que las tarjetas estén cargadas por el fuerte consumo. Para finalizar, según el informe, este estará supeditado a la evolución del salario real. Y en alguna medida, a la continuidad de los Programas como Precios Justos que “frenen” los precios de la canasta básica.