El equipo económico liderado por Luis Caputo, junto a figuras como Santiago Bausili, Pablo Quirno y José Luis Daza, diseña un plan detallado para manejar el dólar en el año electoral. Con un enfoque centrado en el equilibrio entre las restricciones actuales y las reformas estructurales, el Gobierno busca sentar las bases para una economía más abierta y competitiva. Además, de los planes de Federico Sturzenegger de no descuidar la estabilidad cambiaria que marcó la gestión en 2024.

El control cambiario sigue vigente, pero con matices. Aunque las grandes empresas enfrentan dificultades para girar utilidades al exterior, las restricciones son más flexibles para pequeños inversores y ciudadanos comunes, quienes acceden fácilmente al dólar blue o al MEP. Estas operaciones, aunque no afectan directamente las reservas del Banco Central (BCRA), reflejan una economía que se adapta a las limitaciones.

La brecha entre el dólar oficial y el contado con liquidación (CCL) ha disminuido significativamente, reduciendo el impacto del cepo en la práctica. Sin embargo, las empresas medianas que desean invertir en el país enfrentan desafíos para acceder a beneficios que faciliten su financiamiento.

Reformas estructurales y desregulación

En 2025, Caputo planea avanzar en reformas clave para mejorar la productividad y mantener el equilibrio macroeconómico. Estas incluyen cambios en los sistemas impositivo, laboral y jubilatorio, diseñados para preparar al país ante una apertura económica más amplia.

Sturzenegger desempeñará un papel crucial en esta etapa, liderando la desregulación administrativa. Con medidas como la centralización de compras públicas en la plataforma COMPRAR, busca modernizar la gestión estatal y reducir costos.