Chile llega con muchas bajas y solo le sirve el triunfo

Argentina goza de una tranquilidad que es excepcional en lo que respecta a las Eliminatorias Sudamericanas: quedan cuatro fechas y hay seis equipos separados por ocho puntos. Uno de ellos es Chile, el próximo rival de la albiceleste, que se ubica actualmente en el 6° puesto, fuera incluso del repechaje. Por eso deberán jugarse todo a pesar de las bajas.
La decisión de cambiar la localía a Calama no cayó del todo bien en Chile: no están acostumbrados a jugar en la altura y tienen un plantel más experimentado que nl sabe sacarle jugo al desgaste físico que provoca jugar a 2.200 metros. Luego fue unificándose el discurso de que la decisión era correcta, ya que Argentina suele sufrir la altura y también tiene jugadores de edad avanzada que pueden sufrir las condiciones geográficas.
Martín Lasarte, el técnico uruguayo de los trasandinos sabe que no hay mucho lugar para la especulación. A su equipo le van a faltar piezas fundamentales y algunas otras están en duda, pero aún así el entrenador iría por un 4-3-3 muy ofensivo, con Eduardo Vargas, Ben Brereton Díaz y Alexis Sánchez en ataque.
Para sostener a esos tres es esencial que haya solidez más atrás donde comienzan las bajas. Francisco Sierralta y Mauricio Isla no podrán jugar por tener COVID-19, así como tampoco Jean Meneses, habitual variante ofensiva. Pero el mayor inconveniente radica en la mitad de la cancha. Arturo Vidal está suspendido por haber sido expulsado y además Charles Aránguiz y Erick Pulgar sufrieron lesiones al inicio del año y no sólo llegan muy justos físicamente, sino que no tienen prácticamente minutos de fútbol desde el año pasado.
Aún así la idea de La Roja es ir por los tres puntos frente a Argentina. No tiene mucho margen para especular, dado que unos días después debe enfrentar nada menos que a Bolivia en La Paz, en lo que puede ser un duelo directo por la clasificación.