El Ministro de Economía, Sergio Massa, logró varios objetivos en simultáneo con el “dólar soja”. No sólo consiguió una liquidación récord del complejo, superior a los USD 8.000 millones, sino que además estabilizó el mercado cambiario y de paso cumplió con las metas comprometidas ante el FMI. Tanto desde el punto de vista fiscal, como de la propia acumulación de reservas que el organismo requería para el cierre del tercer trimestre las medidas fueron exitosas.

Las estimaciones del Gobierno, en cuanto a recaudación, se mantenían sosegadas. Según trascendidos, parecía imposible alcanzar aquel requisito, porque era necesario acumular más de USD 5.000 millones a lo largo de septiembre. Sin embargo, se logró a partir del tipo de cambio especial ofrecido para la liquidación de la soja, a 200 pesos por dolar. Esto permitió también aumentar la recaudación por retenciones. Si bien es cierto, que lo que ingresó ahora no entrará más adelante, lo más acuciante era fortalecer al Banco Central (BCRA).

La acumulación de dólares es vital para cualquier país emergente que quiera protegerse de shocks externos o hacer frente a una fuga de capitales. Aún después del volumen de compras de septiembre, la Argentina tiene reservas internacionales por menos del 1% del PBI. Cuando en otros países de la región, como Brasil, llegan al 20%. Por eso, el FMI insiste en que la economía argentina se encuentra en un estado “frágil”.

Las nuevas medidas sobre importaciones

La capacidad de generación de dólares en el corto o mediano plazo es realmente muy escasa. Debido a esto, Massa anticipó que lanzará medidas este lunes, para cuidar lo que entró en el último mes. Se trata de establecer una suerte de blindaje sobre esas divisas, que son difíciles de obtener y tienen un fuerte costo en materia de emisión monetaria. También un notable impacto sobre el balance del Central, ya que se compraron a un valor mucho más alto que el de venta.

Algunas decisiones ya fueron esbozadas en la conferencia de prensa del viernes. Habrá un cambio en el esquema de autorización de importaciones, ya que el Central brindará a las empresas una fecha concreta de acceso a las divisas, al mismo tiempo que reciben la autorización para ingresar los productos.

Se apunta a dos objetivos simultáneos. Uno de ellos, es dar más previsiblidad a las compañías, al brindarles mayor certeza sobre el acceso a los dólares al tipo de cambio oficial. En consecuencia, se busca reducir las “remarcaciones preventivas”; aumentos exagerados ante el temor de no poder reponer la mercadería, debido a las dificultades de acceso al mercado cambiario.