El chocolate, cuyo consumo se remonta a más de 3.000 años en las civilizaciones de México y Centroamérica, sigue siendo objeto de estudio por sus posibles beneficios para la salud. Un reciente trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, junto con el Instituto de Nutrición y Salud de Shanghai y otras instituciones, ha arrojado nuevas luces sobre cómo el chocolate oscuro podría influir en la reducción del riesgo de diabetes tipo 2.

El estudio, publicado en The BMJ, analizó datos de los Nurses’ Health Studies I y II, así como del Health Professionals Follow-up Study, que durante más de tres décadas recopilaron información de 192.000 adultos sin diabetes al inicio. Según los resultados, quienes consumían al menos cinco porciones semanales de chocolate oscuro presentaron un 21% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con aquellos que no incluían este tipo de chocolate en su dieta.

Los participantes que consumían cualquier tipo de chocolate, incluidos los no oscuros, mostraron una reducción del 10% en el riesgo de la enfermedad. Sin embargo, el impacto positivo del oscuro fue significativamente mayor. Por cada porción adicional semanal, se observó una disminución del 3% en el riesgo de diabetes.

El papel de los flavonoides y los beneficios metabólicos

El chocolate oscuro, que contiene un alto porcentaje de cacao (generalmente superior al 50%), es rico en flavonoides, compuestos antioxidantes que ayudan a regular la glucosa y reducir la inflamación. Estos efectos podrían explicar la relación entre el consumo moderado y una menor incidencia de diabetes tipo 2.

Además, investigaciones previas habían señalado que este tipo también podría contribuir a la reducción de los niveles de colesterol, prevenir el deterioro cognitivo y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Diferencias con el chocolate con leche

En contraste, el chocolate con leche, elaborado con cacao, leche y azúcar, no mostró la misma asociación positiva en la prevención de la diabetes. De hecho, su consumo estuvo vinculado a un aumento de peso a largo plazo, un factor que eleva el riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica. Según el autor principal del estudio, Qi Sun, “los polifenoles del chocolate oscuro podrían contrarrestar los efectos negativos del azúcar y las grasas saturadas, lo que no ocurre con el chocolate con leche”.