La costumbre de tener mascotas se remonta a mucho tiempo antes de que existiera la última generación del pasado milenio: jóvenes nativos digitales, nacidos entre los 80 y el año 2000, conocidos como «millennials» o generación Y.

Parece que del mismo modo que han hecho hábitos y costumbres, esta generación ha logrado un gran impacto en cómo se ve a los animales de compañía. Adoptar animales en lugar de comprarlos, es una tendencia cada vez más común entre artistas y activistas.

Según una investigación desde la redacción de VOVE, el número de jóvenes que adquieren casas, autos o tienen en su planificación hijos, ha descendido. Pero el porcentaje de millennials que deciden tener animales de compañía no para de aumentar. Y es que para muchos de estos jóvenes, las mascotas son como los hijos.

Otras razones asociadas al deseo de no tener hijos son las dificultades económicas. El ascenso social y laboral son metas cada vez más complejas. Además, el último motivo que se menciona es que, efectivamente, a una nueva generación no se le estaría dejando un mundo precisamente justo ni en condiciones para mantener a una población ya de por sí elevada.